La semana pasada entró la primavera, días antes parecía que entraba casi el verano, aunque el tiempo nos haya engañado un poco, pero aún así, oficialmente... ¡es primavera!

Y para celebrarlo una manicura simulando las flores de cerezo, porque me encantan cómo lucen y porque incluyen fucsia, por lo menos en éstas uñas, que es mi color favorito de todos los tiempos, especialmente cuando empieza a entrar el calor.

No quería usar una base blanca porque queda un contraste muy grande así que apliqué primero un par de capas del Peach Neglige de l'Oréal Paris, un nude maravilloso que os enseñaré el jueves.

Con un pincel de nail art hice algunas líneas, simulando ramas, de manera aleatoria por las uñas, a continuación, con un puntero, fui dando toques de rosa con el Shocking Pink también de l'Oréal París. Para darle más dimensión mezclé algo de éste tono con blanco, así seguía siendo el mismo rosa pero más clarito y lo puse también, un poco de aquella manera, entre las flores que ya tenía.

Si no tenéis pinceles de nail art todos éstos pasos se pueden realizar sin problema con una palillo, si ponéis un poco de esmalte en papel de aluminio os aguantará mejor y podréis ir cogiendo de ahí sin estropear el esmalte.

Para darle un toque final utilicé el Knitted Gold de Maybelline. Intenté coger sólo la parte dorada, la menos llamativa de esa esmalte, aunque se me colaron algunos trozos de purpurina rosa. En realidad en las imágenes no se ve demasiado, sólo lo apliqué en las zonas sin flor, así al darle el sol tenía un reflejo dorado.

Al finalizar una capa del Plumping Top Coat de Skeyndor para un acabado súper brillante.

En un principio me costó conseguir unas flores como yo quería, luego me di cuenta que cuando más desigual lo hiciera, mejor quedaba... el resultado tal vez es un poco abstracto pero teniendo en cuenta lo mal que se me da dibujar... creo que ha quedado bastante decente, lo mejor es que es muy sencillo.