Ya he explicado en alguna ocasión cómo le tengo un cariño especial a Vinylux. Salió en España apenas unas semanas antes al día de mi boda y, sin haberlo probado antes, confiaba tanto en CND que decidí utilizarlo para el día de mi boda y el posterior viaje, aquí tenéis los detalles.

La gama de esmaltes se va ampliando a la misma velocidad que se amplía la Shellac. La diferencia entre Vinylux y Shellac es que los otros se curan y deben realizarse en salones profesionales mientras que éstos lo puedes realizar en tu casa, sólo necesitas esmalte + top coat (podéis ver aquí cómo funciona) y los resultados son muy óptimos, dura hasta una semana.

132 Negligee es un tono nude rosado con microshimmer plateado y acabado cremoso.

Es un color apropiado para manicuras francesas o para quien quiera llevar las uñas arregladas sin color, el shimmer azul no se ve pero sí crea efecto óptico de tener las uñas más blancas, por lo que también es ideal para quien las tenga algo amarillentas o con manchas.

Llevo cuatro capas porque quería ver si en algún momento podía empezar a ser opaco, pero no. Personalmente no me gustan éstos tonos a no ser que quiera llevar unas uñas pulidas sin más, prefiero color y tonos opacos porque mis uñas son bastante asimétricas cortas y, bueno, no muy bonitas.

No obstante, es un esmalte que se aplica muy bien y seca muy rápido.

158 Wildfire es un rojo intenso de acabado cremoso y brillante.

Tal vez tiene un sutil subtono azulado pero en general es bastante neutro, apto para todo tipo de pieles.

Es un esmalte muy muy pigmentado, casi opaco una capa, aunque con una sóla capa tiende más a fucsia. Llevo dos en las imágenes, con dos el rojo es más evidente. Su aplicación es perfecta, se desplaza sólo prácticamente por la uña.